Comunidad de Práctica sobre reducción de emisiones de metano de fuentes orgánicas en Latinoamérica y el Caribe (MetLAC)

El metano es un potente gas de efecto invernadero que tiene un potencial de calentamiento global 86 veces mayor que el dióxido de carbono en un período de 20 años. Según la Evaluación Global del Metano (2021), la reducción de las emisiones de metano causadas por actividades humanas es una de las estrategias más costo- efectivas para reducir aceleradamente la tasa de calentamiento y contribuir sustancialmente a los esfuerzos globales para cumplir con el objetivo de calentamiento debajo de 1.5°C.

Además, el metano está entre los contaminantes climáticos de vida corta más peligrosos (SLCP, por sus siglas en inglés) y es responsable del 40 por ciento del calentamiento de la Tierra desde la Revolución Industrial- el 18% de las emisiones de metano de origen humano provienen de residuos orgánicos.

La generación de residuos per cápita seguirá aumentando en todo el mundo con el crecimiento poblacional y la rápida urbanización. A medida que la fracción orgánica de los residuos – como restos de alimentos, restos de poda, papel o madera – se descompone en vertederos o basureros, genera grandes cantidades de emisiones que afectan la calidad del aire y contribuyen significativamente al calentamiento de nuestro planeta.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los residuos orgánicos representan, en promedio, el 50% del flujo de residuos en países de América Latina. La falta de opciones específicas de tratamiento y medidas de recuperación genera problemas graves en los sitios de disposición final, incluyendo emisiones significativas de metano, lixiviados que contaminan los subsuelos y la propagación de enfermedades por vectores.

En la región de América Latina y el Caribe (LAC), existen iniciativas locales y regionales centradas en el reciclaje, la digestión anaeróbica, el compostaje y otras tecnologías relevantes para reducir las emisiones de metano. Sin embargo, estos esfuerzos a menudo son dispersos y no están vinculados a los objetivos nacionales de clima y desarrollo.